viernes, mayo 29, 2009

¿Me cago en el amor?

Jueves 28 mayo 09 puerta de la Trastienda Club

Girl I (blonde hair): …porque no sabes ya estoy podrida ya anduve con uno con dos con tres me canse! Uno atrás del otro! Me repodrí! Ahora quiero joder! quiero JODA JODA JODA!
Girl II (dark hair): y si, boluda…
Boy (to girl I): disculpame, pero lo q vos estas diciendome, perdon, diciendo digamos, pero lo decis asi,digamos… hacia el aire…. Te digo, mi caso es exactamente el mismo! Es increíble…
Girl I: che, y vos siempre andas escuchando conversaciones ajenas?
Boy: jajaaj! Pensa lo que quieras, pero vos seguro que sos de las que publican su vida en el facebook… mejor me voy a ver el show…

La nota, haciendo click aca.

miércoles, mayo 27, 2009

Surf city (2009)

Son de Nueva Zelanda, tienen un ep homónimo y tomaron su nombre del tema "kill surf city" de The Jesus and Mary Chain, de hecho antes se llamaban asi pero tuvieron que remover el "Kill" porque ya existía otra banda con ese nombre.
Con Uds., Surf City y "Dickshakers Union", aunque mi favorito es "Headin' inside"...
Enjoy!

viernes, mayo 22, 2009

NOCHE POP

Me desperté en mi cama con la ropa puesta. Nada de lo planeado se dio. Estuve viendo, sí, o al menos para eso me acerqué hasta el Club Ciudad de Buenos Aires, el show de la “Iguana” Iggy Pop y los Stooges que, como se sabe por la prensa especializada, estuvo buenísimo. Pero yo no lo pude disfrutar demasiado, ya que estaba somnoliento y desganado. Iggy es un showman total, más teniendo en cuenta su edad. No era el espectáculo lo que estaba fallando, era yo.
En tanto, di vueltas por el predio, le pedí a una chica del VIP que me regale una Pepsi, pero no se qué habrá pensado; tal vez en que quería levantármela a partir de mi solicitud. Primero haciéndome el macanudo, pidiéndole la citada gaseosa auspiciante del evento, después chamuyando o lo que sea. Pero nada que ver. No en esta oportunidad. “Yo vine a ver a los veteranos Stooges, baby… ¡¿de qué me hablás puta del orto!?”; bueno, no, esto último no fue lo que le dije, pero admito que lo pensé. El caso es que la respuesta ante mi requerimiento fue vaga, negativa. No le costaba nada, pero me la banqué.
Después hice otro intento por mi gaseosa, y esta vez con un pibe, que no tuvo dramas en traerme un vasito; buena onda, aunque no me quedé de charla.
Más tarde, mientras el público aullaba con “Raw power” y un Iggy en cueros y los pantalones casi bajos, me fui al puesto de panchos. Pero no pedí eso, sino una hamburguesa, que costaba como si el festival fuera el de Glastonbury, en Inglaterra; “al menos acá los que manejan la plata no son los que te preparan la comida”, pensé mientras pagaba en la caja. Al fin, cuando llegué para que me entreguen el pedido, me dijeron que no tenían más paty. Decepción. “¿No querés un pancho?”. “¡No! ¡Chorros chorros chorros!/¡ Devuelvan los ahorros!”, y me fui a recorrer el resto del gigante predio hasta dar con un stand de la empresa Fibertel, donde se podía navegar gratis, aunque estaba lleno de pendejos, que cuando los Stooges publicaban sus primeros discos, sus padres ni siquiera se conocían…
Pero las promotoras me hicieron un lugarcito para que use el servicio, y mientras todavía sonaba la banda de Iggy, yo me la perdía en la soledad de otra banda... la ancha.
Se termino todo y, al mismo tiempo, fui encontrándome con amigos y amigas que ni pensé que iban a ir. Y ahí estaban, comentando lo bueno que había sido el show que me perdí. Ya saliendo del predio, me despedí de mis amigos y me encontré con la amiga con la que había arreglado para ir. Ella me acompañó hasta una estación de servicio donde compré un alfajor triple y una bebida energizante para combatir mi sed y mi desanimo. Me la tomé muy deprisa, como si estuviese en el desierto del Sahara y la botella me hubiese caído del cielo. Después fuimos a Mc Donald’s donde noté, después de consumir no sé qué combo, que todo me había caído muy mal al estómago. Sí, hasta parecía que el payaso Ronald de cartón, que estaba por ahí, había notado mi malestar. Esto me obligó a despedirme de mi amiga, quien muy gentilmente me acompañó hasta que me tomé un taxi directo a casa. Y ya no recuerdo más.
Finalmente, me desperté al otro día como ya lo dije; en mi cama, con la ropa puesta, y también –detalle- con un sobrecito Alikal en mi bolsillo.

martes, mayo 12, 2009