jueves, septiembre 15, 2005

¿Quien lo dijo?

"Para tener esos puntos de rating hay que laburar o ser un travesti con onda. A mi no me queda otra que laburar".

martes, septiembre 13, 2005

Just Fontaine presenta: Mi fotolog

Estimado público:
Debido a que no me es suficiente con tener un blog, opté por agregar mi propio Fotolog en la misma dirección web. Espero que esta nueva iniciativa nos proporcione un mayor contacto.
Atte,

Justin.

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bonitas/os les cuento ayer estaba en el 152 y escuche a una mina tipo pendeja de colejio, esas q escuchan miranda ahora q los conoce hasta mi abuela ajajaj,,,pateicc y la mina dice q el ppapa se hace atender en un hopistal de no se q gadorcha y estaba la mina ahí con el viejo seguro un viejo deesos q tienen bigote teñido onda policía o candado regarcaaaa y le preguntan el numero de documnto para entrar ahii
Empiesa con 33 o 25 miyones?
33 o 25 miyones??? A vos te parece q yo puedo ser 25 miyones? dice la pndeja con cara de orto maaal obio jajaja
disculpame
papi vamosnos a orto lado!!! Jajaj repateica la mina
me recague de risa todo el viaje, estubo rebueno jajajaja
el sabado nos vemo stodos en lo de juana!!! es en la trastienda, no sean cUELGE

pd: les dejo una foto de flora q ayer me meo la alfombra pero LA reKIEROOOOO!!!
no tanto como a usteds!!! ya sabven

miércoles, agosto 31, 2005

AIRE

El ascensor de la empresa atestado de gente. Una monja que sube en el primer piso. La puerta se cierra, implacable. El habitáculo queda perfumado y un desperfecto bloquea el funcionamiento del ascensor.
Qué haces? Quién reacciona primero? Qué se dicen los pasajeros?
El ejecutivo respinga la nariz.
La secretaria ejecutiva respinga la nariz y se lleva una carilina mentolada hacia ella.
El oficinista agita un expediente para renovar el aire.
El cadete, sube el cuello de su polera hasta la nariz.
Todos miran despectivamente a la religiosa. Incluso. el cadete le mira el trasero con furia, buscando castigo divino al origen del asunto, aunque jamás pensó que iba a mirar un trasero sagrado con tanto detenimiento.
Silencio. Miradas.
Sin ocultar su angustia, y algo cansada de este clima, la monja dice:
“Bueno, hermanos... comprendan. Ya lo dijo Cristo, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…”
El ejecutivo: …
La secretaria ejecutiva: (soplido)
El oficinista: (risita cómplice)
El cadete: Era una piedra, no un pedo, doña.
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Al cabo de un rato, se abrieron las puertas. Bajó todo el mundo. Menos uno

lunes, agosto 29, 2005

MIGAS

MUCHACHO
Entré a la panadería “Las buenas migas”. Allí finalmente encontré el único Pago Fácil abierto en todo el barrio. Ya lo decía la calcomanía hexagonal pegada en la vidriera del local: “Pague aquí sus facturas”.
Abrí la puerta de entrada vidriada sin esfuerzo. Fui recibido de inmediato por el empleado. Esto de ninguna manera se trató de una casualidad. Yo era el único cliente. En principio me sentí intimidado. No soy de desconfiar, pero noté un clima algo extraño. Pero pronto razoné que mi pronóstico había sido errado. Se trataba de un hombre de canas, anteojos, bigote, que tendría unos 68 años (podrían ser más, podrían ser menos) y se asemejaba a un farmacéutico. De hecho reparé en una foto ubicada justo a la derecha del reloj; el mismo hombre y la misma sonrisa, recostados sobre una ambulancia. Inclusive, en el único bolsillo de su camisa blanca portaba dos biromes; una verde manzana con logo blanco y otra amarillo patito lisa.
El hombre se inclinó levemente sobre el mostrador y me miró por sobre los cristales de sus anteojos, levantando las cejas.
- Buenas, muchacho ¿Qué va a llevar?
Despegué su mirada de la mía, -o fue al revés?- para dirigirla hacia la vidriera. Muchas eran las opciones. La estudié. Era una vidriera como cualquier otra, por lo que decidí estudiar su contenido, que hallé más interesante. Empalagosas tortitas y confituras con cantidades exageradamente desproporcionadas de chocolate, crema, dulce de leche y chocolate (blanco). Mi mirada quedó fija, como detenida en el tiempo. No pude despegar la atención de allí. Por momentos me sentí dentro del mundo de Tim Burton, como si en cualquier momento todas esas exquisiteces se escaparan de su lugar y vinieran hacia mí para abalanzarse sin piedad. Hice esfuerzos para que eso ocurra. El deseo se apoderó de mí, a tal punto de sentir el estómago retorcerse. Mi vista se tornó borrosa, e hizo escala en la foto que se encontraba junto al reloj.
A partir de ese momento no recuerdo absolutamente nada de lo que sucedió luego. Solo sé que desperté en casa, con una cremona, el mate recién preparado y las facturas vencidas.

PANADERO
Lo vi entrar al local como pidiendo disculpas. Llevaba una carpeta amarilla bajo el brazo. Tendría unos… 27 años mas o menos. Yo fui amable con él, como siempre trato a toda la clientela, por supuesto; pero él no respondió a mi saludo. Sólo atinó a dejar la carpeta sobre el mostrador y se puso a relojear las facturas como si se tratase de una cuestión de vida o muerte. La cosa es así para alguna gente: se llevan de las medialunas de manteca y después lo cagan a pedos, como dirían los pibes, porque querían de grasa. Su mirada se clavó la vista en el mostrador, y los ojos se le desorbitaron. Blancos quedaron. Mientras, yo esperaba pacientemente que se decidiera por alguna de nuestras especialidades. No sería exagerado decir que tenemos la mayor variedad de confituras en el barrio, y es probable que él, de alguna forma, haya quedado encandilado ante tanta abundancia dulce. No digo que esto sea exactamente así. Es sólo una posibilidad ante su reacción. Por supuesto, después de que los ojos quedaran en blanco, el muchacho cayó redondo como una bolsa de papas. Yo lo reanimé, y justo vino una señora, pero no quiso ayudarme o algo le pasó. No lo sé. El caso es que se fue. Finalmente, llamé a un número que tenía anotado en un volante. De decodificador porno era el volante, me acuerdo. Vino una chica, se lo llevó y nunca me enteré más nada.

SEÑORA
Yo miraba el noticiero de canal 9 tomando mate en casa, y cuando se me terminó el paquete de Criollitas, pensé que todavía “La miga”, como le decimos los vecinos, estaría abierta. Y al asomarme al balcón ví que todavía estaba la vidriera iluminada. Entonces bajé a comprar unos bizcochos de grasa. Son los mejores del barrio. Siempre voy ahí, aunque es una lastima que hayan cambiado los dueños. A los que atienden ahora no los conozco, prácticamente. Crucé la calle, y ya desde afuera veía que algo extraño estaba pasando. Al entrar encontré al panadero sobre un muchacho. Estaba uno sobre otro: el panadero arriba y de piernas abiertas, y se besaban. Inmediatamente el panadero se sorprende ante mi presencia, me da un volante de decodificador porno, y me dice que llame urgente a ese número.

miércoles, agosto 17, 2005

Para ti

Te vi caminando por Lavalle una tardecita de sol. Tu pancho con papas pay me tentó. Y yo sólo te dije “Eh, chica, me das un trozo de tu salchicha?!”. Tú ni siquiera miraste. Todo en ti fue indiferencia. Y yo, cabizbajo, saqué boleto para el Electric.
Al kiosco de revistas me dirigí. La nueva Semanario estaba allí. La pedí. El kiosquero me dijo que era la última, y estaba reservada. Uy, qué cagada!. Pensé en ti.
Luego pasó el cocacolero. EH! Cocacolero! Y me dejó una coca chiquita de un peso sin pajita, que bebí hasta el final. Eructé, miré el envase vacío, y pensé en ti.
Entré al cine. Me senté en la última butaca. Estaban dando una de Bruce Willis, la ultima tal vez. No importa, son todas iguales, concluí. Y no pude evitarlo. Pensé en ti.
Bruce Willis se cargaba a todos los malos, con su pistola o a las piñas. Caras sangrantes, caras sudadas. Finalmente ganó el héroe y se quedó con la chica. Y pensé nuevamente en ti (si, otra vez en ti).
Salí a buscarte!! Me recorrí todo Lavalle!! Esquivé al panchero, al cocacolero, y a las estatuas vivientes atropellé de puro guapo. Llegué a final de la peatonal, doblé esa esquina infernal y allí te encontré, pero para qué?. Estabas sola y con las manos vacías, restos de salchicha colgaban de tus encías. Pero ya sin tu pancho, sin tus papas pay, no eras la misma. Ya no pienso en ti. Nunca más en ti.

lunes, agosto 15, 2005

Los padres gritones de Graciela

Al despertar, Carlos encendió el velador para sorprenderse con las agujas del reloj clavadas en las 5 AM. Era la hora acostumbrada para levantarse e ir a trabajar, pero sólo de lunes a viernes. Al voltearse su mujer hacia su lado de la cama, Carlos le sonrió y le corrió el pelo de la cara. Los ojos de Adela se entreabrieron. Luego Carlos inició un recorrido por su rostro que comenzó justo debajo del lóbulo de la oreja derecha. Adela tembló con los ojos cerrados. Carlos dirigió su mano hacia el velador, la misma con la que había acariciado a Adela, y apagó la luz. En la madrugada sus cuerpos se fundieron en un profundo abrazo hasta que ella tomó la iniciativa llevando su pierna derecha hasta rozar con la entrepierna de él. Luego Adela se colocó encima de su marido y no pudo evitar expresar su placer a los gritos. Gritos que acrecentaban la frecuencia. Gritos que llegaron a los oídos de la menor de sus hijas transformados en terror.
A la mañana siguiente compartieron el tradicional almuerzo familiar de los domingos, pero esta vez prácticamente en silencio.

domingo, agosto 07, 2005

¡Que vivan los novios!

Digamos que estas ahí, en esa fiesta MARAVILLOSA. Los recién casados ya entraron con la música de “Titanic”, y muy sonrientes los dos. Ya te bajaste un par de daiquiris, y le entraste a los canapés… y también saludaste a tus seres mas queridos de la familia de la novia (o sea, la hermana y la prima). Luego te dirigís hacia la mesa que te corresponde, y te toca una donde no conocés a nadie. Además, la gente que te tocó sólo habla de cultura griega, y a vos, que sos muy “del palo”, eso no te va.
Te pasás el tiempo mirando los mensajitos que te mandaron al celular, y a su vez mandas per-ma-nen-te-mente mensajitos a tu amigo más copado como para pasar el tiempo. A la media hora él te cuenta qué esta haciendo; tomando un Speed con vodka en el bar Million, donde vio una foto REBUENA de las coristas de Sergio Pángaro en una muestra que se esta haciendo ahí. Vos lo envidiás con el alma, y te sorprende en ese momento el primer plato: es la empanada más estética que jamás hayas visto en tu vida. El repulgue es perfecto, la masa es casera (pero no desprolija), y además tiene el brillo adecuado. La tomás con una servilleta como para no quemarte, pero la temperatura es la ideal. Sonreís y te encandilás ante tanta perfección y le zarpás un bocado feroz, llegando a tener el bocado la dimensión de la mitad de la empanada. El resto de tus compañeros de mesa (TODOS), fueron más pacientes que vos y mordieron apenas la puntita hasta medio milímetro del relleno de la empanada, que a vos te resultó la más picante del mundo. Tu boca es un incendio, y tenés la copa vacía. La jarra la tiene otro, que va llenando (muy) lentamente la copa de su pareja. Tampoco querés llamarlo teniendo la boca llena, pues sería de muy mala educación. Entonces, ves al cocacolero pasar, y le pedís una de litro y medio como si estuvieses en la Bombonera. El no entiende lo que tratás de decirle, pero ve tu boca entreabierta de empanada a medio masticar, y te deja la jarra entera. Te llenás la copa con toda la prisa posible, y resulta que la gaseosa está caliente, aunque no tan caliente como lo estás vos. A todo esto se apagan las luces y empieza el gran evento, el carnaval carioca. La novia, morocha, hermosa, simpática y una gran amiga (que no te pudiste levantar en su momento), te toma de la mano y te arrastra hacia el mismo centro de la pista con el incendio de la empanada en la garganta. Nomás que ahí mismo te agarran arcadas y devolvés todo en el vestido blanco. Todas las cámaras digitales presentes te enfocan con el zoom óptico de 9x, y retratan ese inolvidable momento. Al toque vienen los amigotes de rugby del novio y te hacen un scrawm que te vuela la flamante corona que se llevó todo tu aguinaldo. Pero el ardor te sigue acompañando. Y no se va. Y no se va. Como si estuviesen pasando la canción en exclusiva para vos, aunque levemente modificada: “Qué lindo/qué lindo/cuando el ARDOR está/No se quiere ir,/se quiere quedar”.
Finalmente un radio-taxi te deposita en tu casa, y reflexionás:
- Si yo me hubiese levantado a esta minita, nada de esto hubiera pasado.
Y… NO. MIRA QUE TE LO DIJE...! (tu almohada siempre te aconseja mejor que nadie).

viernes, julio 29, 2005

24-K

Los kioscos 24 hs. ya son casi una necesidad. Siempre hay uno a mano, en la esquina o enfrente.
En general no hay una diferencia de precios relevante entre ellos, pero siempre gana el que le pone buena onda con intercambio de comentarios más o menos lúcidos, lo que depende además del día y la hora. Obviamente, no es lo mismo caer al kiosco en la madrugada del sábado que en la tardecita entre semana. Tampoco el tipo de cliente es el mismo, claro.
Pero seguro es en la madrugada donde se esconden las charlas de kiosco más atractivas (antes cuando vendían birra esas charlas eran mejores aún).
Diálogo posible cliente-kiosquero, en la madrugada (a través de la reja):

Cliente: Hola, ¿me das un Prime?
Kiosquero: Sí, ¿de qué color?
C: Ehh… cualquiera, es mas o menos lo mismo, mientras no sean esos gruesos que vienen con arrugitas, ¿viste?
K: Los rojos texturizados, decís…
C: Claaaro. ¡Ese no!
K: Bueno, serían $3, sino tenés la promoción…
C: ¿Qué promoción?
K: ¡Dos Prime por $5!
C: Ehh, no… dejála ahí. Tengo para darle rosca para rato, pero tampoco me quiero agrandar, papá! JA-JA-JA. (guiñada de ojo). ¡Chau!
K: JA-JA-JA! (…qué boludo….).

viernes, julio 22, 2005

Vale la pena

La muerte es algo así como sentir que las esperanzas que cada persona guarda en un rincón del corazón son aplastadas por un elefante ¿Por qué?
Las expectativas son el motor de la vida… o no? Los consejos del estilo “…pero no te me duermas en los laureles, eh!!” (seguidos por una risotada forzosa) son comunes luego de cada logro. El problema de esos “laureles” radica en su carácter efímero.
El deseo inmediato de querer acumular mayor cantidad de ellos en la vitrina imaginaria del alma, nos lleva inevitablemente al desencanto. Llega un determinado momento de la vida en que ya poseemos una colección, pero ello no es suficiente. Un caso típico: te aumentan el sueldo, y vos en lugar de concentrarte en la alegría que ello implica, te fijás en que a tu compañero de la oficina vecina le fue aumentado en mayor proporción. Envidia, celos: nada de eso va a servir para que mejore el estado emocional del presente. Esto no implica, sin embargo, dejarse llevar por la comodidad, es claro que el “dejarse estar” tampoco es una posición adecuada. Si bien no existe un término medio general (existe, claro, pero es particular para cada persona), el bucear dentro de cada uno y encontrar un punto que no nos lleve al extremo de la comodidad ni a la facilidad del conformismo es tarea ardua y requiere un análisis constante de la reacciones personales ante cada suceso. Esto puede llevar años, décadas o es posible también que jamás se consiga. De todos modos, mucho, muchísimo vale la pena intentarlo.

lunes, julio 18, 2005

¡Súbete a mi bondi!

El colectivero, ya acostumbrado, clava la vista en la oscuridad del sábado a la noche en Buenos Aires. Son las 4 A.M. y mientras caen los-que-nos-colgamos-hasta-que-por-fin-salimos, junto a los me-vuelvo-que-ya-es-retarde, el individuo espera alguna dama que no tenga para el boleto, pero que guste de una amigable charla. Que se suba, que le susurre al oído la situación (para intentar pasar desapercibida), y se siente en el primer asiento siempre desocupado. Pero en caso de estar ese asiento ocupado, la muchacha deberá ocupar el lugar que se encuentra justo detrás del respaldo del chofer, posiblemente con un banderín de Racing estampado.

Diálogo posible:

CHOFER: ¿Vas lejos? (si va hasta la terminal, por lo menos la tengo cerca)
PASAJERA: No, voy acá nomás, hasta Plaza Once. (por suerte)
CH: Pero yo te dejo a cinco cuadras de ahí. (¿...o cualquier bondi la deja bien a esssta?)
P: No importa… camino. (pero llevame y calláte, gil… este pibe no se levanta ni a la mañana…)

PRIMER SILENCIO… ¿Y ahora qué?

CH: Che... qué frío que está, ¿no? (decí algo, o por lo menos calentame un cacho, mamita…)
P: Sí, 8 grados decía la radio. (este es mas pajero de lo que pensé)
CH: ¡No! ¡5!
P: ¿Cómo 5? (me cago en la diferencia, pero…)
CH: ¡Sí! ¡5 de sensación térmica!
P: Uhhh… mirá vos… (me recago en la puta diferencia).

SEGUNDO SILENCIO… ¿y ahora qué mas?

CH: ¿...y a vos no te cabe la Academia? Yo voy con Racing para todos lados! (¿Se enganchará con esta?)
P: A veces miro el fútbol, en la tele… pero no soy de ningún cuadro, eh! (...a éste le llego a decir que me lo emperné al mono Navarro Montoya ¡y me cuelga!)
CH: Ahhh… a mí mi viejo de chiquito me llevaba a la cancha ¡Él estuvo cuando la inauguró Perón! (qué grande el general que nos hizo la cancha!)
P: Y… hace mucho, ¿no? (¡Y a mi que carajo me importa! ¡Forro-puto!)
CH: Y… yo tendría unos 3,4 años mas o menos…(¡Qué equipo el del ’67!)
P: Ahh, mira vos… Uy! me parás en la próxima que me tengo que bajar? (¡por fin!)
CH: (guiñando el ojo derecho): Chau, ¡nos vemos!P: Chau, ¡gracias! (¡Ufff! ¡¡¡El garrón que hay que comerse por 80 centavos del orrrto!!!)

lunes, julio 11, 2005

Súper-ración.


Los llamaban los “Sábados de Súper-ración”. Era el día en que todos ellos (chicos bien de Belgrano), se juntaban en casa de la siempre cálida Vicky a disfrutar los banquetes que compraban con lo que recolectaban de sus casas.
La cosa era más o menos así: Todas las mañanas los padres de cada ¿criatura? les entregaban unos $10 en concepto de viáticos y almuerzo para el día escolar. Pues bien, de ese dinero cada uno ahorraba lo que quería o podía, según la distancia y comodidad que implicaba el viaje hacia el colegio de cada uno (algunos viajaban en el 60 diferencial con aire acondicionado), y cómo les pegaba el hambre al mediodía; había días en que invitaban a una chica o chico, otros en que se compraban un paquete de Lucky 10. En síntesis, con el sobrante, ellos se juntaban para los “Sábados de Súper-ración", en casa de Vicky (como ya se expuso anteriormente). Cada uno hacía su aporte al pozo común, y alquilaban videos para acompañar el banquete, aunque había sábados donde no había video, y se ponían a jugar al Estanciero (con animalitos de plomo), al Simon o al Ludo Matic, todo comprado en La Bond. También cada uno llevaba su disco de la semana, la novedad o bien la curiosidad que habían bajado de Internet, y votaban por el disco más interesante, cuyo proveedor era eximido de poner guita para el pozo de la semana entrante.Fue uno de esos sábados donde Ricky, de cabellos largos y enredados como una virulana tuvo su primer acercamiento en materia sexual. Pues, ¿Como fue? No tengo ni la menor idea, PERO la pasó bárbaro y se sacó toda la leche. Después merendaron.

sábado, julio 02, 2005

¡Se va el cole!

A la tardecita la ciudad de Concordia se dirige hacia su destino de encierro nocturno y las calles se van transformando en desiertos de asfalto. Las almas que poblaron el día de bullicio desaparecen, y los canillitas que reparten el vespertino “El Heraldo” van tratando de desprenderse de sus últimos ejemplares del día. “Es el último, don...”, me ruega un pibe de no más de 8 años, con frío y ganas de volver a casa con la plata que le dejó la venta del día. Y yo no compro diarios, y ni siquiera esa imagen desgarradora que se ve a diario en Concordia, logra que compre uno.
“No, disculpáme…”, me excuso en la esquina de Av. San Lorenzo e Hipólito Irigoyen, luego de caminar escasas 15 cuadras (de 50 metros cada una), y dirigirme hacia la estación Terminal, donde me espera el colectivo rumbo a Federación. No estoy apurado en absoluto, y esto no es la vertiginosa capital argentina, por lo que aprovecho y hago una breve recorrida por los distintos comercios que rodean la estación terminal. Entre maxiquioscos, parrillas y sandwicherías al paso; entre heladerías, una feria americana y locutorios varios, ingreso en tres de estos locales:

Local 1, Tienda de ropa “D’trabajo”: No, no es que se me haya prendido tardíamente a la moda de las bombachas de campo que, como se sabe, tuvieron su auge hace ya unos años; la onda “campo”, alpargatas de yute, bombacha pañuelo, ese pseudoesnobismo que ataca por épocas, incluso a la gente del interior. El caso es que en la vidriera exhibían, entre estos artículos mencionados y uno que otro mameluco, unas poleras muy lindas que me convencieron al ver la etiqueta: $12 de contado. Genial; me la llevo a Buenos Aires y, claro, cultivo el esnobismo porteño retro 70’s, con una polera de liquidación en un bolichón de Concordia, la que, por supuesto combino con un saco de feria americana. Entro muy decidido al local, la señora que me atiende me dice lo que necesito saber: “Son industria nacional, puro algodón”. Me encierro en el probador mientras suena Arjona por la radio local (si, lógico, debería sonar Virus, pero bue...), y veo con decepción unas montañitas de tela insoportable que se forman bajo el cuello y el por qué la polera sale 12 magos. “Buenas noches, ¿Como anda, Raquel?” escucho decir a una clienta y, antes de llamarla para preguntarle si tiene otro talle, pienso en los Auténticos Decadentes. Pero no hay caso: me excuso, le sonrío y me voy.

Local 2, Locutorio Telecom.: Pido cabina para llamar a Salto (ROU), y hablar con un artesano local de bombillas para mate (aclaro esto porque tal vez alguien pensó que hay un Edison uruguayo, pero no, el tipo hace las mejores bombillas que he visto en mi vida, y dan ganas de tomar mate en serio), pero suena varias veces y nadie atiende. Corto, mientras veo las pantallitas de los adolescentes encendidas con el MSN, chicas y chicos con su guardapolvo escolar escrito con la banda de moda, algún corazoncito, cosas así, cosas de chicos. Intento llamar nuevamente, pero otra vez nadie responde. Al borde de la indignación, me pregunto: “¡¿Pero qué estará haciendo este tipo?!, ¿tomando mate?”, y salgo del lugar ya hacia la terminal.

Local 3, Kiosco de diarios y revistas: De la gran cantidad de diarios y revistas que se distribuyen a nivel nacional, aquí se encuentran sólo las de chimentos: las ineludibles Caras y Gente, más alguna de “inferior” “calidad”, como Semanario o El Paparazzi. Las supermodelos de siempre, mostrando los superculos de siempre, Maradona, Susana o Tinelli. Nada nuevo. La novedad son, sí, (al menos para mi), las revistas regionales: como la “Panza Verde”, de humor político entrerriano. Tiene en su portada un chiste donde un personaje desde el inodoro en el que está sentado observa a un ejecutivo del FMI llevarse su rollo de papel higiénico, y el personaje dice “hiban...”, y me detengo unos 10-15 minutos para descubrir si el error ortográfico era parte o no del chiste. “No, lo que pasa es que esta así por el IVA, viste, ahí está el chiste...”, me dice el quiosquero, que peina sus cabellos azabaches con la raya bien al costado. “No entiendo un carajo”, casi le respondo, pero opto por una pregunta clásica:
- Cómo va Boca?
- 1 a 0 gana.
- Ahh... y quien hizo el gol?
- Ehhh...no sé.
- Gracias.
Media vuelta, y a preguntar si el coche de la empresa “Zenith” va a tardar aún más de los 10 minutos que ya viene demorado. Me confirman que sí, por lo que sigo dando vueltas, y me ofrecen panchos, gaseosas o “sánguches” de milanesa, instalados informalmente sobre la plataforma. Uno de los puestos tiene un nombre simpático: “El panchilito”. Descarto todo ofrecimiento con una sonrisa sincera, y me siento en un banco a escuchar el compilado de singles de Placebo hasta que llega el colectivo (o el "cole", como dicen por acá), y me siento en la primera butaca, para observar la panorámica luna y las estrellas que iluminan todo el recorrido de una hora exacta de viaje. ¿Que tengo una hora? Entonces me calzo el discman con Babasónicos y “Miami” (1999), cuya duración es de 58 minutos y 53 segundos. De Viernes 4 AM, hasta “Casualidad”. De Concordia a Federación. Escucho a Dargelos que canta “destino de velocidad...”, y me abrocho el cinturón hasta llegar a destino.

sábado, junio 25, 2005

miércoles, junio 22, 2005

Noticias de Ayer


Política Nacional:
En la Honorable Cámara de Diputados NO hubo quórum. En cambio, en la de Senadores, SÍ hubo quórum.

Deportes:
America 2 emitió la derrota de San Antonio. Luego, "Pare de sufrir".

sábado, junio 18, 2005

Buen Viaje!

Antes de cada viaje de fin de semana largo lo más complicado de hacer no es el bolso. Tampoco lo es acordarse de los documentos.
El mayor inconveniente es sin lugar a dudas armar la cartuchera de discos correcta para el viaje, para evitar ser víctima de cumbiancheros inescrupulosos.
Debe tratarse de cubrir la mayor parte de estados de ánimo en una cartuchera promedio contenedora de, digamos, unos 24 discos.

Para evitar el dolor irreparable que implica un olvido fatal, aquí van 12 intérpretes indispensables para un viaje placentero (y para una vida placentera también, por qué no…)

Belle & Sebastian (durante el viaje de ida)
Pulp (cualquier día, para una caminata alegre)
Jesus & Mary Chain (viernes, antes de salir)
New Order (sábado, antes de salir)
Primal Scream (durante la recorrida nocturna)
Manic Street Preachers (cualquier momento y lugar, pero mirando el río/mar/arroyo, es ideal)
Babasónicos (a la tarde, con el matecito)
Massive Attack (a la madrugada, para dormir relajado)
Francisco Bochatón (domingo a la tardecita)
Tom Jobin, Vinicius, Caetano (para la siesta)
Placebo (armando el bolso de vuelta)
Bob Dylan (Durante el viaje de vuelta)

Bonus Track: LCD Soundsystem (ahora que salieron en la tapa del “Si”, para hacer facha y demostrarle a todos que vos estás realmente en la pomada)

jueves, junio 09, 2005

ARO's (Artículos Obsesivos).

Música obsesiva para acompañar este artículo obsesivo:
Exile on Main Street - The Rolling Stones (1972)
Hoy: ¿Qué hace un treintañero que vive solo, al volver de una trasnochada con sus amigos?

Nuestro treintañero se baja del taxi luego de torturar al chofer con sus conflictos amorosos, mientras piropeaba a todas las chicas adolescentes que se cruzaban en el camino. Le paga y le da las gracias por los consejos al taxista, a quien, en agradecimiento, le dice: “Todo bien, quedate con el cambio!” ($ 0,30).
Luego se dirige al quiosco para aprovisionarse de una bebida sin alcohol, como para “levantar un poquito” (un Red Bull, sino Speed), y de cigarrillos rubios.
Al ingresar a su departamento PH de Palermo Soho, (si es onda “man, lo reciclé yo, me salió dos guitas!”, mejor), donde vive solo decíamos, tiene que decidirse entre las diferentes acciones inmediatas.
Probablemente, este sería el orden:
Enciende la luz principal (dicroicas), luego la PC. Mientras se inicia la PC, abre la bebida del quiosco, y la sirve en un vaso de vidrio. Toma un trago exagerado de líquido y prende un cigarrillo rubio. Luego va hacia el freezer en busca de comida (de rotisería o preparada por mamá), y apoya el recipiente sobre la mesada, donde en el escurridor hay 1 cuchillo, 1 tenedor, una cucharita multiuso (que siempre se usa para café) y nada más, ya que la banana de postre se la come con la mano.
Mientras se aguanta la necesidad de orinar, calienta la comida en el microondas 5 o 10 minutos (según el modelo de microondas con el que cuente), y tipea la clave de su PC. Luego corre al baño con el PICHÍ a punto de aflorar, y se libera del líquido rápidamente ya que nota que se había olvidado la bragueta abierta. Ahora sí, se sube el cierre del pantalón, y mira al espejo la imagen con la que volvió de la parranda (si es “digna” o no, a pesar de la bragueta baja), como si alguien lo estuviese examinando y se pudiera retroceder en el tiempo.
Si está todo en condiciones toma otro gran sorbo, y ya con la “compu” encendida, comienza a revisar si tiene algún mail, y prende la radio (ASPEN), donde escuchará, seguramente el “Alalala la long”, de Inner Circle, (o “Every time you go”, de Paul Young, en el mejor de los casos). Cuando termina de chequear los mails, (todos laborales, ninguna chica), chequea los mensajes del teléfono de línea que ya chequeó desde su celular. Al resignarse (dado que está el mismo y único mensaje de “mami”, que lo invita a almorzar en familia el domingo), enciende la TV en “TN” para estar al tanto de “todo lo que pasó”, o bien en “Fox Sports” (si es que dan la F-1). Mira un rato, y se da un banquete con los motores de Alonso, y la radio bajiiiita, bajiiiita, de fondo hasta que se le cierran los ojos. Se va a dormir dejando todo sucio, y en el sueño se ve él mismo de adolescente tomando una birrita en el quiosco con una chica onda stone, y pensando “Qué tiempos aquellos…”.
FIN

domingo, junio 05, 2005

10 preguntas para un felicitado:


1.- Decir piropos… es propio de gente cursi?
2.- Pronunciar bien el inglés… es de agrandados?
3.- Pedir boleto de $ 0,75… es de avaros?
4.- Saludar a todos los cumpleañeros en su día… es de hipócritas?
5.- Escuchar rock chabón… es propio de gente inculta?
6.- Escuchar indiepop… es propio de un snob?
7.- Masturbarse… es pecado?
8.- Tratar de ser amigable… es de caretas?
9.- Fumar marihuana… es perjudicial para la salud?
10.- Ganar dinero honradamente… es de pelotudos?

Bonus Track: Mirar canal 9… es de fachos?

miércoles, junio 01, 2005

GANASTE…

La empresa concesionaria de Subterráneos de Buenos Aires, Metrovías, enfatizó hace un tiempo en una campaña “GANASTE 15 MINUTOS DE ESTO”, titular que era acompañado por una imagen conmovedora, léase bebé sonriente o mate espumoso servido por tu chica. También hubiera podido aparecer en la foto un individuo tomando una cerveza del pico, y mirando el programa de Tinelli, dado que cada uno aprovecha sus 15 minutos extras de vida como más le place, no?
En fin, si se intentase aplicar esta misma campaña a los servicios que brindan las concesionarias de las líneas de tren, la historia previa al matecito, sería más o menos la siguiente
:


El hombre sale a las 19:30 hs. de su oficina en el microcentro, y toma el subte, línea A en la estación Lima. Demora 2 minutos en la fila para sacar el Subte pass, donde se le escapa una formación, y espera pacientemente el siguiente tren, que viene desde Plaza de Mayo atestado de pasajeros. Abre la puerta manualmente, y deja pasar a la viejecita. Una vez dentro del vagón, que se asemeja a una olla Essen con el fuego de la hornalla al máximo, el hombre, inmóvil como una estatua de cera, arriba a la estación Plaza Miserere para abordar el tren que lo conducirá hasta la localidad de Moreno.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 0,70 / 00:25 min.

Forma fila para sacar el boleto, pero escucha por los altavoces que “la formación no partirá debido a que el servicio esta suspendido a causa de una persona que fue arrollada en la estación Liniers”.
“Qué triste, las cosas que pasan…”, piensa el hombre, y decide seguir viaje en subte hasta la estación Primera Junta, y luego tomar algún colectivo hasta destino.
Introduce el Subte pass en el molinete, y espera la llegada de la formación.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,40 / 00:35 min.

A los pocos minutos se anuncia desde el altavoz del tren que “la formación partirá en 10 minutos”. Sale del subte para volver a hacer la fila para sacar el boleto del tren. La fila está estancada porque todos los usuarios, al no haber un puesto de información en la plataforma, ni cartel indicador, hacen alrededor de 3 preguntas cada uno al expendedor de boletos.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,40 / 00:40 min.

Al rato llega el subte, y los demorados pasajeros bajan en tropa, expulsados por la presión del vagón y corren como si fueran los galgos de la portada de Parklife, atropellando a los que hacen la fila para sacar el boleto de tren, donde se encuentra nuestro personaje, que cae sobre el piso sucio de la estación.
Cuando restan 3 personas para sacar el boleto, el tren sale de la estación con un excedente incalculable de pasajeros y varios bolsos atrapados por las puertas mecánicas. Por lo tanto, nuestro personaje pregunta tímidamente al boletero cuándo sale el próximo tren, obteniendo respuesta inmediata: “No tengo ni idea, señor”.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,40 / 00:50 min.

El hombre desiste del tren, y sube la escalera fija (la mecánica se encuentra en reparación), hasta los pasillos de la estación, y decide avisar a su familia que llegará más tarde. Levanta el auricular e introduce dos monedas de $ 0,10 en un teléfono público de Telecom. El aparato no reconoce qué le están metiendo por la ranura, y sigue reclamando los $ 0,20. Dado que los golpes tampoco sirven, nuestro oficinista sale completamente de la estación y se dirige hacia un locutorio cercano.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,60 / 01:00 h.

En el camino esquiva como puede a la multitud que reclama, sin ser escuchada, por los hechos de República Cromagnon.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,40 / 01:05 h.

Entra al locutorio Telecentro. La atenta señorita le indica “Cabina 1”, y al cerrar la puerta se manifiesta un olor a vómito que asusta hasta al más desaseado de los seres, el portero de mi ex-edificio de calle Beruti, por ejemplo.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 1,40 / 01:09 h.

Pide cambio de cabina y llama a su casa, que da ocupado hasta que luego de 20 minutos logra comunicarse con su mujer para avisar del retraso.
INVERSIÓN PARCIAL: $ 2,00 / 01:31 h.

Termina gastando $ 5 en una combi trucha que va recolectando pasajeros a los gritos, y cuando llega a casa ya el mate está frío, y el nene duerme junto a su mujer que le dejó una nota diciendo: “Te dejé el arroz en el taper. Mañana hablamos.”.
Mientras devora la cena recalentada, abre una revista al azar, y lee: “GANASTE 15 MINUTOS DE ESTO”.
INVERSIÓN FINAL: $ 7,00 / 02:45 h.
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TIEMPO DESPERDICIADO EN LEER ESTO: 00:04 min.

sábado, mayo 28, 2005

La colonia

Ricki tenía un pingüino, Coco, en su ciudad natal, Comodoro Rivadavia. Todos los días le daba de comer una ración mínima, pero el pingüino con eso se conformaba. Se sentía a gusto.
Cierto día, Coco entró en desesperación. Sus amigotes de la colonia se estaban yendo, de a poco. Que hacía demasiado calor, que faltaban pingüinas. Buscaban otros horizontes. Y el pobre Coco se deprimía. Hasta que un día se quedó solo en la colonia. Ricki, para consolarlo, compró un muñeca pingüina inflable. Claro que no era lo mismo, pero Coco se adaptó, hasta el día en que la muñeca pingüina se pinchó. Inmediatamente, Ricki se puso un jaquet y una remera blanca. Abrazó a Coco y aquella noche durmieron juntos en la playa. Fueron felices para siempre.

lunes, mayo 23, 2005

ARO's (Artículos Obsesivos).

Música obsesiva para acompañar este artículo obsesivo:
B-sides del Dirty Hits de Primal Scream y Tokio bossa nova lounge (que lo bajé de casualidad, buscando algo que no tenía nada que ver, por supuesto)

Hoy: Servilleta Vs. Rollo de cocina

Qué dilema, amigos, no? Fíjense en esta situación: un tipo está solo, y debe llevar varias cosas (platos, vaso, al menos) desde su cocina hasta la mesa, en un horario inconveniente. Digamos, a la madrugada. El hombre, que cree en la inutilidad de las bandejas. Y los diversos viajes que debe hacer. Hay comidas que no ofrecen la más minima confusión, por ejemplo, un sandwiche. La persona hará un solo viaje en este caso, dado que apoyará su servilleta (o trozo de rollo de cocina), sobre el sandwiche, para no provocar un irritante segundo viaje. Pues bien, si la comida en cuestión es una tarta de zapallitos de oficinista recalentada, al microondas, con la masa blanda como una goma, también es posible evitar el segundo viaje. Pero qué pasa si el hombre además del, supongamos, lomo a la pimienta, el vaso de vino Concha y Toro (estos chilenos entraron a copar el mercado argentino de vinos solo con un nombre, aunque hay que admitir que son de excelente relación calidad-precio, al menos los que yo he probado de esa bodega), a eso le suman un mantel a cuadritos rojo/blanco (de todos los días, bah, pero limpito), un servilletero, un salero, y un pimentero no, porque lógicamente esta especie ya viene incluida. Si además el hombre es partidario del no a las bandejas, solo resta decir que va a preferir, a la vez que arranca cargando toda esa gran cantidad de cosas (de las cuales le dará uso sólo al 50%) a la mesa con la mano derecha, VA A PREFERIR, decía, A PREFERIR, NO NOS CONFUNDAMOS POR FAVOR, una o dos servilletitas, tomadas a las apuradas del envase plástico.

Conclusión: Las servilletas son para los complicados y colgados. Los rollos de cocina son para los prácticos y desestructurados.

Inquietud Nº 1: Por qué algunos rollos de cocina traen recetas estampadas y las servilletas no?
Inquietud Nº 2: Hoy compré ambos, rollo y servilletas. Dentro de qué clasificación entraré, entonces…?

El Francotirador dice: Los chabones que les caben las servilletas, son unos caretas, loco!!!, Aguante el rollo, y si viene con recetas de escabio, mejor!!!

sábado, mayo 21, 2005

El Jugador

Lo primero que hizo Claudia al mudarse a la casa de su madre en el campo, fue colgar un poster de Kenny Rogers de 2 x 1,50 m., en blanco y negro. Antes de salir para su nueva escuela todas las mañanas, Claudia le daba un beso en la mejilla a Kenny. Luego se calzaba los walkman con el casette de "The Gambler", de 1978, y partía raudamente. Pero una noche despertó sobresaltada. Soñó que un intruso le arrancaba el poster de Kenny Rogers y, en su lugar, colgaba uno de Gene Simmons. Encendió el velador y allí estaba el mismísimo Gene clavándole la mirada, mientras sacaba su larga lengua rojo sangre. Desesperada, Claudia tomó un cuter y le cortó la lengua en mil pedazos. Genne cayó por la ventana y se lo comieron unos pollitos que, al son del “pío, pío” transitaban por el lugar.