sábado, diciembre 17, 2011

Arco iris


Hoy me desperté con olor a tabaco en todo el cuerpo. Tenía la boca seca, los dedos amarillos y unas manchas de cenizas en el pecho. Inmediatamente pensé en lo desagradable que es comprar dos paquetes de cigarrillos juntos.

Estaba sólo en mi cama de 2 plazas y recordé que tuve un sueño extraño: había bombachas y corpiños por todo el cuarto. No era un cuarto muy grande, a lo sumo de 3x2. Quisiera ser más exacto con las medidas pero no tengo el mapa de la propiedad a mano y creo que ya no lo tendré.

Las bombachas eran color rojo, verde, amarillo. Tenía a disposición un verdadero arco iris bombachero ahí, pero ni rastros de una mina.

Así que decidí tomar fuerzas para levantarme, lavarme la cara, bañarme y vestirme, o al menos intentarlo. En el ascensor me crucé con la señora que vive en frente de mi puerta. Una tipa grande. Podría ser mi abuela. Esta señora tiene por costumbre venir religiosamente a golpearme la puerta cuando estoy escuchando música o mirando fútbol. Sí, ahí es cuando viene la doña a joder.

Y yo la reputeo, le digo “me agarraste justo en el clásico con River y la tenía el negro Tevez, hija de remil puta! Aunque sólo por dentro, claro.

Ya en planta baja, me encuentro con el portero (otro botonazo que tengo que aguantarme). Y salgo a la primera parada, el kiosco. Buena onda el pibe que atiende. Siempre le compro, Lucky Strike comun, Quilmas Scout y Prime Ultrafino. Pueden llegar a pasar meses en que no le compro ninguna otra cosa. Un dia de estos lo voy a sorprender. Le voy a comprar yerba o un paquete de fideos.