martes, marzo 06, 2012

LA ADRENALINA DE LA INFIDELIDAD

Hoy me desperté con ganas de ponerla. Un vinito, charla, música y a otra cosa. Pero soy casado. No es que los señores casados como yo no practiquen el sexo ¡Por favor! Uno siempre la pone. Pero... Pero... No es lo mismo. Ya nos conocemos. Viajamos en el mismo subte. Bajamos en la misma estación. Catedral, línea D. Y como para empezar a la mañana todo se ve distinto. Las caras deformes y el pelo totalmente despeinado. Un Desastre. Entonces voy en el subte con ella ¡Y ni el IPod puedo escuchar! Y a todo eso se le junta que ahora la estoy pasando mal con “mi jermu”. Un embole. No pasa nada. Ni un pete me hace la desgraciada. “Tengo que salir”, me dije.

Me mandé solo a El living a escuchar la mejor música. De repente la veo. Sentada ahí mirándome con insistencia. Me descontrolé, la chamuyé y me la cogí. Un volcán la mina. Le dí por todos lados. Muy puta la degenerada. Me la agarraba y me la besaba como si mi cosa fuese una cartera de Vuitton .Y me la seguí cogiendo. Le mandaba un verso a “la bruja” y salía de joda. Hasta de viaje me fui con ella. A San Clemente del Tuyú la llevé. Y después dejé a “mi jermu”. Fue como si me hubiera fumado uno de corrido. Una adrenalina. La adrenalina de la infidelidad. Ahora estoy solo pero me cago de risa. Llamo al delivery. El departamento es un kilombo. Y me paso el día fumado escuchando música. También jugando a la play y mirando los partidos de Boca siempre.

Y cuando me vienen las ganas, me la chupa la vecina.


Juan Fontana