jueves, septiembre 21, 2006

L.A. FELIZ PRIMAVERA!

"La primavera", by The Sacados
Álbum: Contraatacan ('91)


Ya llegó la primavera
Se acabaron los que aserré
Y las chicas se liberan del aprisionamiento del corcel
Y puedes observar que hay fallas en la ley de gravedad
Cuídaté del calorcito que te pone vacilo
Y de bajo del ombligo te suele aparecer un dictador
Y bajo suspensión aumenta más y más la población
La primavera
La sangre altera
La primavera
Te sube la presión y te acelera el corazón
La primavera
La sangre altera
La primavera
Aumenta las tensiones y las masas a expansiones
Déjate de vitaminas
Y aprovecha la ocasión
Como bien dice sardina apretad a fondo el acelerador
Y la imaginación la pones al servicio del colchón
La primavera
La sangre altera
La primavera
Te sube la presión y te acelera el corazón
La primavera
Te pone de aquella manera
La primavera Aumenta las tenciones y las masas expansiones
Y la imaginación la pones al servicio del colchón
La primavera
La sangre altera
La primavera
Te sube la tensión y te acelera el corazón
La primavera te pone de aquella manera
La prima Rosa ah ah ah
La prima Juana que bien esta por las mañanas
La prima Berta ah ah ah
La primavera la sangre altera
La primavera ah ah ah
La primavera

sábado, septiembre 16, 2006

La noche de los lápices


El día 16 de septiembre se recuerda el operativo clandestino conocido como “La noche de los lápices”, que se desarrolló durante la última dictadura militar, e implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata.
En la madrugada del 16 de septiembre de 1976, entre las 12:30 y las 5 hs. fueron secuestrados de los domicilios donde dormían los estudiantes secundarios y militantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios): Claudia Falcone, María Clara Cicchini, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Húngaro y Francisco López Muntaner, quienes hoy continúan desaparecidos. También fue secuestrado esa noche Pablo Díaz, quien sobrevivió y pudo dar testimonio de los hechos.
Los chicos que desaparecieron en La Noche de los Lápices eran estudiantes secundarios que hacían ejercicio de su ciudadanía, que luchaban, entre otras cosas, por el boleto estudiantil como forma de facilitar el acceso a las escuelas de cada uno de sus compañeros de aula. Treinta años después, es necesario revitalizar la memoria y acompañar a los estudiantes de hoy en el ejercicio de sus derechos.
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El texto es un extracto del volante distribuido por la Subsecretaría de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad, organismo que realizó el homenaje en el obelisco porteño.

Pesadilla

para Alejandro Mestizo

Sin duda, el peor momento de su vida fue cuando estando solo una madrugada de frío se tomó un colectivo de la lìnea 85 para ir de Quilmes a Ciudadela Norte, y, en el Puente Uriburu, que comunica Valentín Alsina con Pompeya, el chofer le dijo:
- Se pinchó una goma. Yo me voy con el auxilio, vos bajate flaco.

Moda



gracias Joacko (de Avellaneda, of course)

miércoles, septiembre 13, 2006

Download '06


Isobel (ex Belle & Sebastian)

Los discos que más me gustaron en lo que va del año: (*)

ISOBEL CAMPBELL & MARK LANEGAN / Ballad of the broken seas
MORRISSEY / Ringleader of the tormentors
NEKO CASE / Fox confessor brings the flood
CAMERA OBSCURA / Let's get out of this Country
TV ON THE RADIO / Some shit about cookie mountain
EL ROBOT BAJO EL AGUA / Solo resta sumar
TV PERSONALITIES / My dark places
SONIC YOUTH / Rather ripped
THOM YORKE / The eraser
CALEXICO / Garden ruin
CAT POWER / The greatest
GRANT LEE PHILLIPS / Nineteeneighties

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(*) publicados por “orden de llegada”

domingo, septiembre 10, 2006

Bolsas

La vi venir desde la otra esquina, con bolsas de supermercado repletas y una mochila a sus espaldas. De algún modo, ella se movía como un atribulado elefante. O hipopótamo. Da igual. Yo la observaba detenidamente, a unos cuantos metros, parado en mi esquina y fumando un tabaco, mientras ella, supongo, iba camino a su casa con las provisiones para la semana. Se acercaba poco a poco y, en determinado momento, su mirada se clavó en la mía. A partir de ahí, se generó cierto vínculo, cierta complicidad. Ya más cerca, descubrí su semblante curtido y de tez morena. El día caluroso la hacía transpirar sin tregua. A cada paso, que daba con dificultad, una nueva gota de sudor se deslizaba por su rostro. Aquella imagen me causaba cierta ternura y deseos de ayudarla. De hecho, parecía ser lo que me indicaba con la mirada; una mirada sincera y expresiva.
Sorprendido, la vi apurar el paso cada vez más, produciendo el agite incesante de los bártulos que inmovilizaban sus brazos, con las botellas de vidrio que tintineaban al chocarse y el plástico de las bolsas sonando a cada roce.
Al llegar a la esquina donde yo estaba recostado, se detuvo frente a mí y me dirigió la palabra.
Con una voz suave y algo entrecortada, me dijo:
- Muchacho…disculpe que lo moleste, pero…Usted… ¿me podría rascar la nariz?

miércoles, septiembre 06, 2006

Encontré esta nota, me pareció interesante, y quería compartirla

"El arte culto no es superior al popular"


OXFORD.– La “Mona Lisa” no es, intrínsecamente, mejor que un paisaje de Calamuchita hecho por el pintor del pueblo. El Estado no debería financiar las salas de ópera lujosas. La televisión –telenovelas y reality shows, incluidos– es el gran invento cultural del último medio siglo. No hay obras de arte más importantes que otras. Curiosamente, quien dice esto no viene exactamente de las antípodas de la alta cultura. John Carey es profesor emérito de la Universidad de Oxford, decano de los críticos literarios de The Sunday Times, presidente del jurado que elige al premio Booker (el más importante de la literatura anglosajona), biógrafo de Thackeray y de John Donne, miembro de la Academia Británica y amante de los placeres más refinados de la vida civilizada.

La nota completa, del diario La Nación de hoy, acá.
Saludos.

Bosques de Palermo

La cantidad de veces que he pasado por ese parque es incalculable. De todos modos, esta última vez fue distinto.
Un lunes por la mañana cargaba yo mi mochila con papeles que ya no me servían, y otros que pensaba que sí me servían, pero que con el tiempo me di cuenta que no era así. Boletas de servicios de años anteriores, migas de galletitas, algún libro leído por la mitad, y cosas así. Nunca algo que me reporte satisfacciones realmente duraderas.
Me senté en el banco más despoblado del parque, cercano al lago principal. Desde allí podría observar las imágenes gratificantes que la vida me ofrecía. Eran imágenes de gente feliz, sin preocupaciones evidentes, y con la sonrisa a flor de piel. Un lingera fumándose un pucho, una madre paseando con sus hijos, chicas andando en bicleta, y perros cagando alegremente.
Claro que esa no era mi vida. Ni siquiera se le acercaba.
Esa era la vida que yo observaba, y que sin dudas parecía inalcanzable. Después abrí la mochila y tiré casi todo su contenido en el cesto de basura.