domingo, septiembre 25, 2011

Cena gourmet


En una noche de verano El Gordo sale de su casa para comprar la cena. Durante el recorrido observa que los carteles de vía publica están todos encendidos. Estos carteles son afiches de grandes dimensiones y están iluminados por dos reflectores cada uno. La calle está desierta y la vereda húmeda refleja la luz del alumbrado público. El Gordo camina cansino mirando el piso y el primer cartel en aparecer a lo largo de su camino es de una compañía de seguros. El Gordo lo mira de reojo y sigue. Más adelante, uno de teléfonos celulares prometiendo el oro y el moro para que sus potenciales clientes elijan esa compañía; por último uno de Burguer King con la gigantografía de su hamburguesa “Staker 5.0”, la hamburguesa que entre otros ingredientes consta de cinco pisos de carne molida. El gordo se detiene y mira el afiche con atención para después entrar al supermercado “CROTO” que queda al lado. Una vez adentro llena el carrito con tomates, lechuga, huevo, papas (1 kg.), panceta, un sachet grande de mayonesa, otro de ketchup y otro de mostaza. A esto le agrega pan de hamburguesas y un pack de 10 SuperPatys. También una Pepsi de tres litros.
Feliz, encara el regreso a su casa no sin ante recibir un comentario del cajero: “¡Vamos a comer rico esta noche, eh!”, mientra el hilito de baba se le escurre por la comisura de los labios al gordo, toma dimensiones desproporcionadas.
Al llegar a casa, la mujer de El Gordo (La Gorda), lo ayuda con las bolsas y le pregunta: “¿Y? ¿Qué comemos esta noche?”. La respuesta no se hace esperar, y El Gordo abre la bolsa mostrando su contenido. Después le explica la receta sin omitir detalle. Prepara dos vasos frizados con mucho hielo y destapa la Pepsi de tres litros para servirla hasta el tope.
A la media hora todo está listo: el pan tostado, las hamburguesas cocidas y las papas ya fritas. La Gorda preparó la mesa: Mantel a cuadrillé rojo, rollo de cocina, sal, mayonesa, mostaza y ketchup. Los vasos, azules y de vidrio. Los platos, playos y con motivos floreados.
- Falta algo en la mesa?
Y salió de la cocina envalentonado con una bandeja de novela: Ahí estaban todos los componentes de un auténtico súper combo de Burguer.
Se sentaron y fueron apilando los bifes y condimentándolos para después cerrarlos entre dos panes. En eso, La Gorda se frena y, mirándolo fijo a El Gordo le dice:
- ¿No le estaré poniendo mucho tomate?


Juan Fontana

miércoles, septiembre 21, 2011

Red Hot Chili Peppers / 18 de septiembre de 2011 - Estadio River Plate


Ya no resulta extraño que bandas con (largos) años de trayectoria como Red Hot Chili Peppers pisen suelo argentino y ofrezcan conciertos de gran magnitud. Es que existe un claro denominador común entre las visitas internacionales de esta segunda mitad del año: todas tuvieron su apogeo en décadas pasadas. Tomemos los casos de Pearl Jam (90’s), Britney Spears (Principios del 2000), Tears for Fears (80’s), Erasure (80’s), The Strokes (90’s), Faith no more (90’s), Primal Scream (90’s), Sonic Youth (90’s) y siguen las firmas. Como excepciones (que confirman la regla) se puede citar a Toro y Moi, Katy Perry y la banda soporte de la noche del domingo pasado: los ingleses Foals, que vienen con un discazo de este año bajo el brazo: Total live forever. Y no sólo eso sino que cargan con la pesada mochila de ser una de las últimas sensaciones del Reino Unido.
Para el comienzo del festival Pepsi Music, el estadio de River presentaba una escena distinta a la de los grandes recitales que se ven últimamente en nuestro país. Nada de campo VIP pero sí una división en tres partes para evitar grandes oleadas entre el público. Las barreras no estaban instaladas en todo el ancho del estadio sino que dejaban espacio a los costados de modo que se pueda pasar por los costados. Una buena medida a imitar si lo que se quiere es evitar problemas y no recaudar más.
Si bien la noche estaba reservada para una nueva visita de los Red Hot Chili Peppers, la banda que se sumó a la gira sudamericana de los californianos no pasaría desapercibida.
Después que los locales Jauría y Massacre comenzaran a calentar la fría noche del domingo, fue el turno del debut argentino de los ingleses Foals. Este pasaría a ser el único show que ofrecerían los británicos, después de la cancelación de la presentación en La Trastienda.
La banda encabezada por el vocalista Andrew Mears arrancó bien arriba en un show basado en su segundo y último disco, Total live forever, de este año. La atención siempre se mantuvo con pulso rockero a base de guitarras bien rítmicas comandadas por Yannis Philippakis. Lamentablemente el sonido no acompaño a la banda pero así y todo la respuesta del público no se hizo esperar, en particular de los que más cerca estaban del escenario. Para el final, el cantante de la banda se mezclaría literalmente entre el público mientras la banda seguía tocando los últimos acordes. Minutos más tarde, todo estaba listo para ahí para recibir a la banda de Antony Kiedis.
Los de California presentaron un show de grandes éxitos condimentados con algunos temas de su último disco I`m with you (2011).
No faltaron temas como el que le da nombre al disco Californication, o del que los catapultó al éxito mundial, Blood, sugar sex magic, ambos de la época dorada junto al guitarrista John Frusciante. Tanto el bajista Flea como el baterista Chad Smith tuvieron sus respectivos momentos en solitario, para el delirio del público presente. Para el final tenían reservado Give it away, su hit más representativo.
Así pasó la noche de los Chili Peppers, la que dio inicio a una nueva edición del festival Pepsi Music.

jueves, septiembre 08, 2011

Living


Verónica y Daniel (en adelante Vero y Dani) estaban en el amplio living de la casa (un PH, en realidad) de Marcela (en adelante Marce) estan leyendo revistas. En el caso de Vero, una de actualidad. Marce, más sofisticada se interesa por una de cine y Dani por el diario gratis del Subte.

De pronto, Vero se levanta del sillón y camina hasta el baño, que está en la habitación contigua. Al entrar percibe cierto tufillo pero, como es la invitada, no dice nada. Mientras, Marce y Dani siguen en el mundo revisteril sin emitir palabra.

De pronto, un ruido algo estridente corta el silencio. Es Vero, que deja caer sus líquidos internos hacia el inodoro. Marce y Dani escuchan atentamente y estallan a pura carcajada ¡Se cagan de risa! Vero los escucha, interrumpe el depósito de sus necesidades y se pone de pie. Al pararse, se moja con el líquido que le había quedado adentro y que estaba empujando para salir. La chica se sienta para evitar el enchastre. Las carcajadas siguen y no paran, hasta que Vero se viste y sale del baño hecha una tromba.

¡¿Qué mierda se rien, malparidos?! ¡Vos leyendo la Caras y vos el diario de mierda ese!

Ellos quedan tiesos ante la reacción de Vero y el muchacho arriesga:

¿No te va leer el horóscopo?


Juan Fontana