lunes, junio 22, 2009

Corona y limón

El día que me encontré con mi cadaver repensé varias actitudes de mi vida. Lo encontré en el fondo de casa, inspeccionando mi huertita. Se trataba de plantaciones de papas y zanahorias. Sí, las que hacía ya un largo año había plantado. En aquel momento, todos, novia, familiares y amigos se me cagaron de risa. Me decían que era una idea ridícula...."la papa está a $ 0,50 el kg, es al pedo", aún recuerdo como se mofaban....Pero yo insistí, fiel a mis convicciones. En realidad, mi objetivo consistía en llegar con mis hortalizas a la mesa de Mirtha Legrand. Imagínense...."Hoy almuerzan con la señora Mirtha Legrand de Tynaire el embajador de Francia....". Para luego servirles un lomo con papas noisette y zanahorias glaceadas. ¡Mis papas noisette!¡Mis zanahorias glaceadas! Sería realmente gratificante. Hasta llegué a tener manzanos con la esperanza de que las corten al medio en el programa de Sofovich. Y sigo manteniendo aquella idea ¡Créanme! Hice todo lo que estaba a mi alcance. Aboné el suelo, conseguí los bulbos, regué de vez en cuando. Ahora era el tiempo de cosechar la siembra. Un momento de satisfacción indescriptible, hasta que me encontré con mi cadáver...Estaba en estado de descomposición, de todos colores....las hormigas le caminaban encima como si nada, inconcientemente. Claro, ya había pasado a confundirse con el paisaje. Yacía ahí el cuerpo, inmutable, las hormigas y también las moscas, hay que decirlo, se ocupaban de él. Hasta un gusano se introducía por.....mi nariz. Realmente desagradable. Pero cabe preguntarse....de qué modo se produjo el deceso. Sin duda, lo primero que se me ocurre es una intoxicación, aunque yo soy un pibe muy sanito, saben? Me explico: alimentos en mal estado, bebidas adulteradas....sí, tal vez eso fue....si desde muy pequeño en casa me decían que siempre me tenían que destapar la botella de lo que fuere, a la vista, siempre. Pero yo no hice caso. Un día fui al pool Oktubre solo. Era sábado a la noche y ninguno de mis amigos estaba en la ciudad. Al entrar, me quedé escuchando a la bandita de turno, los Abeerden-Angus. Eran un power trío. Pibes de campo que se mudaron a Concordia atraídos por la movida rockera que se estaba gestando... El caso es que pasaron un par de temas , y me aburrí (demasiado Nirvana escucharon estos tres). Así que me abrí paso entre la gente y me acerqué a la barra, algo despoblada, ya que todos estaban siguiendo atentamente cada acorde. A los gritos, me acerqué al barman y le pedí una cerveza Corona con limón. Y lo que recuerdo es que no la destaparon ante mi presencia., sino que ya vino todo el combo armado. Así pasaron como 10 botellitas. Las 10 botellitas fueron destapadas sin mi supervisión. Claro que a esa altura ya el mareo era, digamos, importante. Los Aberdeen-Angus seguían insistiendo con "Smell like teen spirit", en versión criolla. Un desastre. Pedí un remis para pegar la vuelta. Llegó al pool. Era un Duna que aparentaba ser mas pequeño de lo que realmente era. El remisero se parecía a Arnold Swarzenegger después de los anabólicos, o al menos me pareció así, en ese estado. Al bajarme en Hipólito Yrigoyen y 3 de Febrero me dijo "Hasta la vista, baby". Cerré la puerta del Duna. Ya en casa, devolví todo en el jardín y no recuerdo nada más. Y, como les decía, hoy, al revisar mi huertita, mi cadaver yacía allí, junto a las papas y las zanahorias.

2 comentarios:

emmaysushermanas dijo...

Si se tomó 10 Coronas no era tan sanito... me gustó el cuento!
saludos!!

JJ dijo...

gracias! pero pobre muchacho, se encuentra con su cadaver y ud encima le pide explicaciones por 10 cervecitas!
gracias x pasar, saludos!