viernes, julio 22, 2005

Vale la pena

La muerte es algo así como sentir que las esperanzas que cada persona guarda en un rincón del corazón son aplastadas por un elefante ¿Por qué?
Las expectativas son el motor de la vida… o no? Los consejos del estilo “…pero no te me duermas en los laureles, eh!!” (seguidos por una risotada forzosa) son comunes luego de cada logro. El problema de esos “laureles” radica en su carácter efímero.
El deseo inmediato de querer acumular mayor cantidad de ellos en la vitrina imaginaria del alma, nos lleva inevitablemente al desencanto. Llega un determinado momento de la vida en que ya poseemos una colección, pero ello no es suficiente. Un caso típico: te aumentan el sueldo, y vos en lugar de concentrarte en la alegría que ello implica, te fijás en que a tu compañero de la oficina vecina le fue aumentado en mayor proporción. Envidia, celos: nada de eso va a servir para que mejore el estado emocional del presente. Esto no implica, sin embargo, dejarse llevar por la comodidad, es claro que el “dejarse estar” tampoco es una posición adecuada. Si bien no existe un término medio general (existe, claro, pero es particular para cada persona), el bucear dentro de cada uno y encontrar un punto que no nos lleve al extremo de la comodidad ni a la facilidad del conformismo es tarea ardua y requiere un análisis constante de la reacciones personales ante cada suceso. Esto puede llevar años, décadas o es posible también que jamás se consiga. De todos modos, mucho, muchísimo vale la pena intentarlo.

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